lunes, 13 de enero de 2014

Calabazas en el Trastero: Fútbol

Me gusta el fútbol / Los Domingos por la tarde es la mayor / de mis aficiones. / Me gusta el fútbol. / Con los gritos y los goles / se desatan las pasiones.

Pues no, no me gusta demasiado el fútbol pero ha sido curioso participar en esta antología de Saco de Huesos, que tras varios retrasos por fin ha visto la luz. Después de leerlo puedo decir que me sorprende la variedad de enfoques dentro de lo limitado que era el tema propuesto (aunque es verdad que si no te gusta ese deporte, tanto relato sobre lo mismo acaba cansando).

Podéis consultar la detallada reseña de Héctor Gómez Herrero de este libro, en la que comenta sobre mi historia:

El factor campo (Aitor Solar): Un hombre debe trasladarse por trabajo unos días a una pequeña capital de provincias, cuyo equipo de fútbol vio tiempos mejores. La primera parte del relato dibuja muy bien esa ciudad pequeña, triste y en decadencia, pero la segunda parte termina siendo una clásica historia de miedo para contar alrededor de una fogata, es justo lo que parece buscar el autor y como tal funciona muy bien, pero quizás el haber mantenido ese tono inicial habría hecho del relato uno mucho más redondo.

Qué puedo decir, es verdad lo que señala Héctor. En un principio la trama iba a ser más sencilla, con sólo la parte de "historia de miedo", pero quise introducir un preámbulo para enfocarla adecuadamente y ese preámbulo acabó siendo lo más interesante, basado en varios lugares que conozco (como un bar de Cercedilla que parece sacado de los años 70). Quizá, aprovechando el giro final, podría haberse escrito de otro modo. Sin tanto gore y más politiqueo, centrado en esos corruptos presidentes de clubes de fútbol que son intocables en sus respectivos feudos. A toro pasado todo parece más fácil. Pero oye, me lo pasé bien sacrificando futbolistas .

Actualizado: En OcioZero, Miguel Martín Cruz comenta: "Factor campo" tiene varios puntos en común con “La suerte del campeón” (de nuevo ascensión y caída, esta vez de todo un equipo), aunque su explicación es tan bizarra y brutal que le ha convertido en otro de mis relatos favoritos. Pues muchas gracias, Miguel. ¿Veis? Aquí ha gustado más la segunda parte. Si es que yo ya no sé qué hacer...

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